Todo empezó en 1969, cuando el abuelo Eliseu fundó la Fundición con mucha ilusión y ganas de prosperar. El abuelo fue un hombre curioso, siempre interesado por el funcionamiento de las cosas y las innovaciones de todo el que lo rodeaba. Era inquieto y trabajador. Estas ganas de aprender y de ir más allá las encomendó a su nieto, que se llama igual que él, Eliseu. Siempre iban arriba y abajo, montando y desmontando cosas, aprendiendo y disfrutando del tiempo juntos.
Eliseu adquirió unos valores de su abuelo que lo han hecho quién es, una persona que ama su trabajo y que no se ha conformado nunca, que siempre ha querido mejorar y experimentar con cosas nuevas. De hecho, la Fundición que fundó el abuelo solo hacía piezas industriales, el padre de Eliseu continuó en esta línea y Eliseu se quiso introducir en el mundo artístico, redondeando sus conocimientos, yendo a estudiar en la Escuela de Artes y Oficios de Vic y haciendo las prácticas a la Fundición Ginfer de Reus.
Actualmente, hemos dejado de banda la producción industrial para centrarnos en el mundo del arte, con la ventaja que nos dan los conocimientos en el mundo de la fundición industrial.